lunes, 5 de septiembre de 2011

El precio del error

¿Cuál quieres que sea el precio por tus errores? seguramente tu táctica sea evitar cometer errores y así evitar pagar un precio por ellos, sin embargo ¿te ha funcionado? yendo más allá, te propongo una rápida reflexión ¿cuándo cometiste el último error en tu vida?

En ese momento, cuando cometes un error ¿cómo es tu reacción? ¿qué hay en ti entonces? recuérdate, obsérvate, te dará algunas pistas de cómo es tu relación con tus propios errores. Es posible que todavía tengas un error clavado, como una espina al tragar, que viene a ti de vez en cuando para recordártelo.

Entonces ¿cuál es tu relación con los errores?

Un error está asociado a una expectativa, un objetivo, puede ser algo tan sencillo como lograr hacer algo bien, puede ser hacerlo en tiempos o con un límite en coste, puede ser no descubrir después que podrías haberlo hecho mejor, o sorprenderte con que te han engañado (y además se han reído de ti).

La batalla contra los errores, si la emprendes, puede ser infinita y consumirte en el camino...

Entonces, si no consigo cumplir mis expectativas, estoy fallando, estoy cometiendo un error. La diferencia entre lo que yo quería y lo que consigo es el precio inicial que pago por mi error.

Una vez ahí ¿qué puedo hacer?

Conozco muchas personas que ante el error pierden el foco en el objetivo inicial y se centran en el error, en lo ocurrido, en el pasado, en las causas, en los culpables. Un hombre se equivocó de estudios, de carrera profesional, comenzó a estudiar algo que pensaba le podría gustar y lo que sus padres le recomendaron con la mejor intención. Hace tiempo que sabe que no le motiva, no acaba de encontrar un ápice de energía para mover su destino en esa dirección, sin embargo sigue poniendo rumbo a un puerto lejano sabiendo que no tiene gasolina.

Una mujer se enamoró de un hombre, pasó el tiempo y diseñaron un proyecto juntos, hace años que el hombre no contribuye a la causa común y ella es el único motor posiblemente de su único sueño, sin embargo ella sigue echando gasolina de su propio surtidor a un barco varado en otra parte.
Hay otros casos en los que él o ella se enamora de una imagen proyectada en otra persona, a lo largo del tiempo surgen evidentes muestras que no encaja la pieza en el puzzle sobre la mesa, sin embargo él o ella persevera contra todo pronóstico hacia adelante.

Hay cuestiones que el corazón solo entiende, yo diría que es algo distinto que el corazón pero ¿qué pasa cuando hablamos de contextos empresariales? he conocido proyectos que han dado muestras de desastre desde los comienzos y gestores ignorándolo mirando hacia adelante, hacia su meta y no al suelo que pisan ahora, en el presente.

Permíteme que te haga una pregunta ¿cuánto tiempo tardas en reconocer un error? y de ese tiempo ¿influye algo el tamaño del mismo? normalmente cuanto más te cueste reconocer tus propios errores, ese tiempo se multiplica según el tamaño o el impacto del mismo, y puedes seguir multiplicando si además tiene repercusión en otras personas.

Entonces ¿qué pasa que nos cuesta tanto reconocer un error? hilando con el post anterior, reconocer un error es decirte a ti misma, a ti mismo, que puedes fallar, que eres vulnerable, que aquello que hay ahí fuera es mayor que tú, no puedes tenerlo todo controlado.
Y, cuando además de a ti has de reconocerlo ante otras personas, eso puede sobrepasar a cualquiera...

Te propongo analizar el precio que ha pagado cada uno:

- El hombre que siguió en la carrera profesional frustrante ha gastado años de su juventud que no volverán, desgaste en su proyecto personal, retrasar otras decisiones personales, ha pagado felicidad y plenitud, una sonrisa olvidada que ya raras veces aparece, unos ojos abstraidos porque están en un mundo muy lejos del que se presenta delante.
Este hombre ha pagado un gran precio, sabe que ha cometido un error ¿qué le dirías tú que puede hacer? para mí ya no hay mucho que perder ¿qué más podría perder?

- La mujer que sigue aferrada a un hombre que no le acompaña en el mismo camino, sabe que no se cumplirán sus sueños, sus expectativas, sus proyectos y que su amor está frustrado por una encrucijada donde cada uno tomó caminos distintos. ¿Qué le dirías que merece? ¿Qué merece en sus días? ¿Cárcel o plenitud?
Para mí la cárcel no es el hombre, son los barrotes que se ha creado ella misma con un plan al que no renuncia por su sueño. ¿Cómo sería reconocerse a sí misma el error? ¿Cómo sería ser sincera consigo misma?
¿Cómo es vivir un día más sabiendo que has dado otro paso a ninguna parte? La confianza es una cosa, mentirse es otra.

- Ese gestor de un proyecto empresarial que no ha querido reconocer el error a tiempo y ha invertido más dinero y tiempo en algo que daba señales no iba a salir bien. Gastando más en arreglar el error que en seguir adelante.
¿Qué podría haber hecho? Ahora ya ha superado un 200% el presupuesto inicial, el producto ha llegado tarde, ya no es competitivo y los inversores echan chispas, todo ha seguido adelante en una marea de excusas...

Seguro que conoces a personas como ese hombre, como esa mujer, como ese gestor, puede que tu hayas vivido algo de lo que han vivido ellos. Puede que ahora mismo, si lo piensas, sepas que algo está pasando en tu vida ¿qué error estás intentando reparar? ¿qué precio estás pagando? ¿cómo sería dejarlo y seguir? recupera tu objetivo y vuelve a por ello, deja el error a un lado.

¿Qué estás tolerando?

¿A qué estás diciendo No en tu vida?

Todos los informes sobre liderazgo y grandes líderes hacen una recomendación coincidente: "enfrentar los problemas cuanto antes". Esto implica estar muy atentos, observar, ser sinceros con nosotros mismos ante las señales, las evidencias, los síntomas que nos indican si hay un problema, un posible error, delante de nosotros.

De hecho el error, el tropiezo, la desviación entre lo conseguido y lo esperado no es el problema ¿puedes evitarlos por mucha intención que le pongas? el error es no enfrentarlos, la actitud.
No son los demás, no son las circunstancias, soy yo. Si no enfrentas el problema a tiempo ¿qué sabes que sucederá? si no lo enfrentas hoy por pereza o cobardía ¿qué pasará mañana?

Alguien dirá: "¿qué pasa con la confianza?", para mí la confianza se focaliza en el resultado de enfrentarlo en vez de dejar que se solucione solo. La confianza en decidir conjugada con la valentía, el compromiso y la responsabilidad con uno mismo es parte de la fórmula del liderazgo personal.

Pero ¿de qué estoy hablando? esto huele a responsabilidad y compromiso con uno mismo y con mi vida, contigo misma, contigo mismo, y tu vida. ¿Liderazgo? Sí, tú y tu propia vida es una causa lo suficientemente grande e importante como para que lo lideres, para que tomes las riendas y seas valiente. Sentarte y esperar solo hace que la bola de nieve se haga más grande, después pararla será más duro.

¿Estabas esperando algo grande? ¿algo que mereciera la pena para moverte? aquí lo tienes, empieza por ti y luego vendrá el mundo. Como dijo el maestro Shifu en Kung Fu Panda 2: "la siguiente lección es la paz interior".

A veces, muchas veces, gastamos más energía y tiempo en sacar adelante un error que en dejarlo a un lado y seguir adelante.

Es tu energía, es tu tiempo, es tu corta vida, tu decides qué quieres hacer.

Como ese hombre ¿qué más puedes perder?

Como esa mujer ¿qué mereces para tu vida?

Te invito a revisar esos errores, toma el timón y una decisión para no arrepentirte. En Coaching hay una máxima que practicamos: "toma lo que es útil, lo demás déjalo". Entonces puedes identifícar ese error pendiente, perdonarte, recuperar tu ilusión y buscar el camino, otro camino.


2 comentarios:

  1. Excelente post, Juan!
    Gracias por recordarnos la importancia del tiempo, de reconocer los errores, aprender de ellos, y pasar página!

    Un abrazo de corazón,
    Jorge

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  2. Muchas gracias Juan por esta reflexión, según vas leyendo te das cuenta de que el tiempo es efímero, y que de nada sirve reparar en nuestros errores, y tampoco aferrarnos a sueños que ya no tiene sentido. Ya que cuanto más energía gastemos en estos errores menos energía tendremos para vivir el tiempo que nos queda.
    Tenemos que centrarnos en vivir y no solo existir.
    No te veré en el día a día, pero espero poder leerte y seguir reflexionando con tus post.

    De corazón te deseo todo lo mejor.

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