sábado, 18 de septiembre de 2010

Hijos y adolescencia

Estoy recordando una comida que casualmente tuve hace tiempo, puede que dos años, con un responsable de una empresa en un restaurante donde coincidimos. Apenas mi hijo tenía unos meses y él es padre de varios hijos más mayores aunque todavía no adolescentes. La conversación no fue muy empresarial, fuera de lo esperado.

Un sentido de curiosidad me movió a preguntarle por cómo es eso de ser padre después, tras los duros comienzos. Seguramente buscaba consuelo y algo de luz, que las cosas son mejores tras los primeros meses. Hoy puedo afirmar que es así y la perspectiva es distinta con 3 años que con pocos meses y siendo primerizos. Ay, que comienzos!!!

La conversación derivó en el después de la infancia, en cómo veía la próxima adolescencia de sus hijos y los miedos de un padre para que su hijo no tome caminos sin retorno. Ya sea drogas, comportamientos delictivos, alcohol en exceso o muy temprano, embarazos... en fin todos esos miedos que como sombras están presentes y revoloteando alrededor de un padre durante la adolescencia de su hijo.

Seguramente buscaba los miedos de otro para evadirme de los mios o de mis retos con la paternidad.

La pregunta fue "¿Qué se puede hacer para evitar que esos miedos cobren realidad?" y mi respuesta fue que a muchos padres les fallan los valores y no los transmiten a sus hijos.Él me respondió algo que no entendí y que ahora cobra todo el sentido: "Hay muchos padres con buenos valores y sus hijos toman decisiones erroneas".

Hoy sé que los valores se llevan siempre, es fantástico escuchar a mis clientes y entrever valores maravillosos que me conmueven. ¿Qué sucede entonces? Es posible que esos padres sean un ejemplo vivo de sus valores, es posible que el día a día, las prisas, los demás, el entorno muchas veces nos metan presión, cambien nuestras prioridades y nos comportemos de manera diferente a como somos. Es fácil dejar de saber lo que es realmente importante para cada uno.

En cualquier caso siento que no es esa la cuestión, el tema son los chavales, chicas y chicos de 14 o 16 años que están explorando el mundo real y van tomando decisiones. ¿Cómo conseguir que cuando toman esas decisiones lo hagan con seguridad y convencimiento de lo que realmente quieren?

En aquella comida también salió el poder de influencia de los amigos, de hecho él estaba convencido que donde había que actuar es sobre el círculo de amigos. Eso es cierto, muchas veces por encajar en el grupo o por capacidad de influencia de otros, un adolescente puede hacer o decidir cosas movido por ello. ¿Ejemplos? comenzar a fumar, beber o hacer alguna locura que puede pagar caro.

Entonces, ¿qué herramientas puede tener un joven en esa situación? Valores. Si un adolescente ha trabajado sus valores y sabe lo que le aporta, podrá obtener la seguridad suficiente para rechazar lo que no quiere y ser consciente que le merece la pena. Ahora pienso que clarificar lo que es importante y visualizar lo que se quiere puede aportar mucho.

Pero hay algo más, ¿por qué decide en numerosas ocasiones un jóven beber o tomar pastillas? más allá del efecto de encajar en un colectivo, es una huida frente a una realidad que no le gusta. La adolescencia es una etapa compleja en la que se busca un lugar, tu lugar, y constantemente de explora en su busca. Sentir que estás en el lugar incorrecto en el momento incorrecto, que no encajas, que no encuentras tu sitio, que la realidad no te da todo lo que quieres... es duro. El alcohol o las drogas son una huida fácil, se comienza a huir un poco y cada vez quieres irte más y por la vía rápida, se opta por sustancias más potentes, además de la adicción. Recuerdo a una amiga de la Universidad, lo tenía todo, inteligencia y belleza a raudales, recursos y creatividad rebosantes, sin embargo optaba de vez en cuando por las drogas. Me contaba su experiencia y un día me preguntó porque no probaba, no supe responderla más allá de un pánico cerval. Poco tiempo después y precisamente leyendo Siddharta supe la respuesta. Opto por la vida y por la realidad, por la presencia y la consciencia, las drogas son un placer virtual, una huida, un no estar que no conduce a nada.

En fin, ¿qué pasaría con un joven que tenga claro lo que le entusiasma, que desarrolle su pasión y tenga un propósito en la vida? ¿crees que un joven que ha encontrado su lugar y sabe lo que quiere optará por huir? siento que esa es la potencia de trabajar los valores, el propósito de vida, los proyectos personales, la pasión de lo que realmente se quiere y resuena.

Esta es mi convicción de orientar el Coaching a adolescentes y jóvenes, más allá de orientarse mejor y conocerse mejor, conseguir seguridad para afrontar los retos y tomar las decisiones correctas.

Podría añadir otro factor, la educación en numerosas ocasiones a los niños de tener todo lo que quieren y tenerlo ya. De enfocarse a lo material, lo mejor y lo más exclusivo. La adolescencia e incluso la madurez pueden ser muy duras cuando luego no se puede tener todo, tenerlo ya y tener lo mejor. Pero esto es más evidente y está más que demostrado que la posesión material no da la felicidad y aporta más frustración que plenitud.

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