Mi abuela falleció el domingo por la tarde, poco antes de finalizar el módulo. Sé que no es casualidad y ha habido otras aparentes "casualidades" estos días imposibles. Mi abuela está ahí y lucha por un sueño, el mío para un mundo mejor.
Siempre me llevaré de mi abuela su cariño, su amor en mi infancia, aquellos maravillosos veranos en su casa, cómo pelaba los pollos en la terraza, aquella sopa de arroz única, que nadie pondría en un restaurante pero que para mí representa la infancia. Había algo en las codornices que nunca volví a probar, como se diría en "como agua para chocolate" mi abuela debía echar un ingrediente único, estoy convencido que era amor.
Pensarías que es una gran cocinera, pues no, pocos platos haría y son aquellos que marcan una época, una eternidad hecha de infancia, fantasía, juegos e ilusiones. Felicidad.
Recuerdo en su casa mirando al río, ese río escueto y fino, que si ponemos de perfil sería transparente. Pero con ranas, lodo y un olor húmedo en los veranos que asomarse a la terraza exterior, ver las estrellas en el cielo de la noche y escuchar los trenes pasar, hacía único.
Tengo recuerdos grabados como matasellos en un carta, será que tengo un saco lleno de cartas con su remite y todo un juego de matasellos y fechas de niñez, de mozo como decían los amigos de mis abuelos mientras me estiraban el moflete y ponía cara de rancio. Porque yo era 'mayor' no esa cursilería de 'mozo'.
Decía Umbral que los recuerdos están hechos de olores, yo huelo el río en las noches frescas de verano y un olor a galletas cuando el viento soplaba desde la fábrica de afuera del pueblo. Pero ya no estoy seguro que ese último olor sea de infancia o ya de juventud.
Estoy pensando si le dí todo el amor que merecía mi abuela, me consuelo pensando que de pequeño era un niño cariñoso y estoy seguro que le dí numerosos besos a discrección. Tantos como malas caras y berrinches. Pero allí seguía mi abuela, toda amor y toda caracter, toda genio y figura aunque no conmigo, nunca.
Hoy le daría infinitos besos y abrazos, no sabría decir cúantas veces 'te quiero', no tengo vida para todo lo que merece. Sin embargo en vida pasamos, lo dejamos para mañana, nunca es suficiente y lo sabemos pero siempre podremos recuperar.
Hoy sabes, y me pongo como ejemplo, que nunca es mejor día que hoy para decir a todas aquellas personas que quieres 'te quiero'.
Te propongo, si aceptas, que elabores una lista con aquellas personas que quieres, amas o amaste, que tu vida sin ellas no tendría significado. Para cada persona de la lista reflexiona y acompaña su nombre con qué admiras de esa persona, que lo hace memorable y admirable. Luego reflexiona como si te faltara, como si no tuvieras el hombro izquierdo y le hicieras una oda a su ausencia, qué sería suficiente para transmitirle cuánto le la lo quieres, cuántos besos serán necesarios, abrazos, palabras, libros, noches y/o miradas sinceras.
¿Te atreves?
Y ahora, que estoy seguro que te has atrevido, ¿qué vas a hacer con ello?
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