¿Cuándo fue la última vez que te avergonzaste de ser como eres? conozco personas que tienen una gran belleza interior y se esconden pues piensan que mostrarse tan hermosos puede ser causa de envidia y ataques. También conozco personas con una gran belleza exterior e intentan disimularse para parecer menos hermosos y pasar desapercibidos, como si sus méritos no pudieran atribuirse a la belleza y solo a otros aspectos de sus vidas.
¿Dónde está el paralelismo y dónde la diferencia?
Soy una persona muy orientada a ayudar y ser cercano, sin embargo cuando ascendí a un puesto superior ya con responsabilidad sobre un área de negocio me encontré con un mundo distinto, algo diferente a lo que intuí nunca. Me encontré con ambición, desprecios gratuitos, mentiras y engaños, todo por protegerse el resto de responsables unos de otros y/o por adquirir la mayor cuota de negocio.
Fue impactante y al principio la inercia te lleva a adaptarte a las mismas reglas del juego, de hecho mi actitud de apertura, colaboración y ayuda se encontró con desconfianza y recelo, pensando otros responsables que mi intención era de aparentar ayuda para luego engañar y "robar" algo de su pedazo de tarta.
Sentí verguenza de ser como soy, llegué a plantearme ser distinto y adoptar un estilo más agresivo, menos colaborador y un poco caníbal (al menos desde el punto de vista empresarial).
¿De qué me dí cuenta? que no estaba a gusto, esa no era la manera en que había llegado allí ni como esperaba seguir haciéndolo, me encontraba en un traje diferente al que me sentaba bien, no era mi talla y me encontraba interpretando un papel que no era el mío. ¿Cómo afecta? emociones descontroladas, mal humor en casa, nervios a flor de piel, desconfianza... ufff, un paraiso! pero lo que es más importante, estaba diciéndo que no a mi mismo, a mi autenticidad, a estar en una reunión y no permitirme echar una mano a otro por verguenza (o miedo).
¿Qué es ser YO? A cualquiera que se lo plantee le recomiendo un viaje de descubrimiento para conocerse y saber la respuesta, incluso quien crea tenerlo muy claro, siempre es momento de revisitarse y tomarse un tiempo, una conversación y un vino consigo mismo.
Tengo una amiga que es ambiciosa y hoy son tiempos en los que la ambición está algo mal vista, como algo despectivo, como si fuera algo negativo. Mi amiga siente verguenza de su ambición y se muestra comedida y cauta, casi sin protagonismo y casi sin iniciativa. Mientras tanto un dragón está esperando, con ganas de echar fuego por la boca y volar a nuevos mundos que conocer y conquistar, mientras intenta domesticarlo con la esperanza que un día duerma y le deje en paz. Porque en su mundo exterior la fuerza está mal vista, la iniciativa envidiada y la ambición frenada.
Tengo un amigo que está en un momento egoista de su vida, tiene miedo de que le juzguen y siente verguenza de mostrar abiertamente ante los demás su egoismo. Entonces se pasa los días sufriendo mientras da a los demás y se sacrifica por ayudar y echar una mano, un poco por hacerse sentir mejor a sí mismo y mitigar su verguenza y otro tanto por ocultarse antes los demás. Llega a ser excesivo en su manera de volcarse en los demás.
Mientras tanto sufre porque cada segundo que da a otro siente que se lo está privando a sí mismo, siente que está perdiendo el protagonismo en su propia vida y quisiera recuperarlo, la verguenza le lleva a sentirse aun peor cada vez. Se levanta por las mañanas y se dice que hoy no más, pero ese día no llega y va perdiendo la esperanza que llegue al final.
Yo no le juzgo, le conozco y sé que está en un momento de su vida en que necesita volcarse en sí mismo. Si los que le juzgaran supieran...
También tengo una amiga fantástica, divertida, creativa, cariñosa y con mucho que dar. Sin embargo lo sabe y no se lo cree, se crió en una familia turbia y desgraciada, en un ambiente de sueños rotos y destinos nunca alcanzados. Mi amiga vio demasiadas veces desde su infancia no llegar a ningún sitio en la vida de los demás, de su familia, de las personas que la rodeaban.
Hoy vive avergonzándose de sí misma y la verguenza es para ella, no frente a los demás. La sola idea de sentirse grande y espléndida le hace sentir mal, la sola idea de un futuro mejor le trae al presente y al pasado, la sola idea de ser le parece algo prohibido.
Menos mal, que a veces se relaja, que a veces podemos disfrutar de ella como es, que nos regala esa alegría y esa creatividad que nos deja asombrados. Menos mal que a veces, simplemente ES.
Entonces, ¿de qué te averguenzas tú? ¿qué precio estás pagando por no ser quien realmente eres?
Hola Juan, acabo de leer tu articulo y estoy llorando de alegría porque ya pasó el tiempo de avergonzarme, ahora brillo. Aunque hubo una época en que por eso de "ser la novia en la boda y el niño en el bautizo", a la vez si es posible, viví todos esos personajes que nos has planteado de forma tan magistral. Gracias por mis lágrimas fruto de un presente prometedor.
ResponderEliminarSaludos
Rosa M.